Escaparates llenos de luces y sonido, automatismos que prejuzgan todo lo que quede al alcance de sus miradas y apariencia de lo inalcanzable...
Pero al fin y al cabo apariencias, Postureo en estado puro.
Hace tiempo que a nuestro oídos había llegado este término. De hecho hemos de aclarar que en la capital del reino nos hemos vuelto unos maestros de esta técnica.
Al más puro estilo Ibiza, como diría nuestra amiga Leti, los Madrileños hemos adoptado esta forma de salir y, en los casos más tristes de ser, con cariño y religiosidad.
Fue en Ibiza dónde mis amigos de aventuras y yo observamos el culmen de este "aire". En plena We Party en el erótico Hotel Ushuaia Tower, al borde de la piscina con un cócktail observábamos la escena.
Reconozco que nuestra posición era otro ejemplo de lo que aquí trato de describir, pero claro, "dónde fueres, haz lo que vieres", así de bien nos han educado en nuestras casas.
Vamos a la situación, la piscina en cuestión estaba ocupada por modelos contratados para salir bien en las fotos. Dos chicas de los más sugerentes con modelitos vintage que dejaban poco a la imaginación, tomaban el sol en posturas de todo menos cómodas mientras les acribillaban los flashes.
Mientras tanto cuatro o cinco muchachos muy bien formados, no en la escuela, y cada uno de un color chillón se metían a regañadientes en el agua mientras recordaban el ingreso prometido en sus cuentas.
Entre hamacas sillones y mesas muy "chill" y muy "out" tambíen, corría en zig-zag un becario con una cámara recogiendo todo el film. Otro muchacho, este más centrado en la organización del evento, andaba de aquí para allá observando con ojo clínico y sugiriendo a los modelos que "chapotearan" o que "se salpicaran" entre ellos. Sin quitar la sonrisa de la cara claro está.
Creo que el momento en el que una de las chicas se zambulló y salió del agua con un movimiento de melena al más puro estilo Pamela en los Vigilantes de la playa fue decisivo para que la organización le aplaudiera y a nosotros se nos pasase por la mente...¿Que es esto?
Sentado en mi Chester, con el Mac entre las piernas y un té Assam para entrar en calor en esta fría tarde en la ciudad (es pronto para un Gin Tonic), me pregunto. ¿Hasta dónde llega nuestra necesidad de aceptación, y por ende, de aparentar?...la respuesta la obtengo de Buzz Lightyear.
Para los lectores rápidos y para los que me conozcan personalmente no hará falta aclaración alguna, pero como es mejor prevenir que curar, afirmo que me incluyo dentro de los practicantes de este movimiento. Una observación crítica desde dentro suele considerarse de mayor valor.
Los Gin Tonics en copa de balón, los Capuccinos con dibujos sobre la espuma de la leche... Las redes sociales también apoyan en este proyecto. No es raro saber más de alguien por su muro que por las llamadas que te hace, Instagram se ha convertido en una de las mayores hemerotecas del Postureo nacional.
La naturalidad se convierte en un bien preciado y los movimientos calculados cual asalto a un banco están a la orden del día.
Dudo mucho que todo a lo que hago referencia le resulte extraño a algún lector, pero si así es le animo a que salga esta noche por alguna de las salas de moda de Madrid y verán por qué a los de la capital se nos reconoce de fiesta allá dónde vayamos a bailar. Esa anécdota me la guardo para la segunda parte.
Nosotros esta noche haremos honor a la condición y saldremos un poco para observar cualquier fallo que pueda cometer algún maniquí despistado. Una risa inapropiada, un movimiento de baile demasiado natural o cualquier expresión de falta de control que le lleve a ser fichado como no apto para esta exquisita e inmutable sociedad.
Mañana comentaremos las experiencias y más de nuestros pareceres al respecto. Sabed que cualquier comentario o propia vivencia es bien recibida.
Virtualmente vuestro y con té Africano en mano M.L.M
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